viernes, 27 de marzo de 2009

Siempre me empeñe en dar lo mejor de mi, de buscar la perfección de las cosas, de mirar los pequeños detalles, de buscar lo positivo detrás de lo negativo que se presenta en la vida. Siempre tuve un siempre. Pero la vida de a poco me enseño a aceptar las derrotas igual que los triunfos, de algunas veces callarme porque sin que sepas tal vez terminas hiriendo a alguien. Aprendí a ser fuerte en ocasiones que son inevitables y no de las mejores. Además aprendí a ir de frente y sin excusas decirte todo lo que yo siento sin importarme el que dirán. Y después la vida me dijo que era hora de ponerlo en practica y aquí estoy, frente a ti



























Sonreí, mostrate feliz, sino todos te pasan por encima. Reíte, disfrutá, no tenés la edad suficiente como para permitir aburrirte. Conocé, investiga todo, no les des el gusto a los demás de conformarte con escuchar sus propias experiencias. Equivocate, caete mil veces en el mismo lugar, date el permiso de descubrir el mundo vos solo. Ayudá, escuchá a los demás, no sabés cuando vas a ser vos el que necesites un consejo. Pensá, entendé, pero no le tengas miedo a los impulsos. Excedé, sobrepasá, viví cada minuto con tus propias reglas. Corré, liberate, no te ates a nada irrelevante ni a nadie que no lo merezca. Soltate, gritá, no te averguences de mostrar quién sos. Viví y dejá vivir, nunca te olvides que no estás por encima de nadie. Cuidate, querete mucho, si no lo hacés vos, no lo va a hacer nadie. Enamorate, amá, permitite conocerte a través de alguien más. Sé optimista.